La depresión es una enfermedad clínica severa que afecta al cerebro. Es más que sentirse “hundido” o “triste” por algunos días. Si usted es una de las más de 20 millones de personas en los Estados Unidos que tienen depresión, esos sentimientos no desaparecen. Persisten e interfieren con su vida cotidiana.
Otros nombres: Depresión severa, Tristeza profunda y persistente, Depresión
La depresión es una enfermedad clínica severa que afecta al cerebro. Es más que sentirse “hundido” o “triste” por algunos días. Si usted es una de las más de 20 millones de personas en los Estados Unidos que tienen depresión, esos sentimientos no desaparecen. Persisten e interfieren con su vida cotidiana. Los síntomas pueden incluir:
Tristeza
Pérdida de interés o placer en actividades que suele disfrutar
Pérdida o aumento de peso
Dificultad para dormir o sueño excesivo
Pérdida de energía
Sentimientos de desvalorización
Ideas de muerte o de suicidio
La depresión es una condición del cerebro. Existen muchas causas, incluyendo los genes, causas ambientales, psicológicas y factores bioquímicos. La depresión suele comenzar entre los 15 y los 30 años y es mucho más común en las mujeres. Las mujeres también pueden tener depresión posparto después de dar a luz. Algunas personas tienen un trastorno afectivo estacional en el invierno. La depresión es una parte del trastorno bipolar.
Existen tratamientos eficaces para la depresión que incluyen antidepresivos y psicoterapia. La mayoría de las personas mejora más rápidamente si utiliza ambos.
¿Qué es la depresión?
Todos nos sentimos tristes de vez en cuando, pero estos sentimientos generalmente desaparecen después de unos días. Cuando una persona padece de depresión, tiene problemas en su vida cotidiana durante semanas. La depresión es una enfermedad grave que necesita tratamiento.
¿Cuáles son los diferentes tipos de depresión?
Existen varios tipos de depresión.
Depresión grave: síntomas severos que interfieren con su habilidad para trabajar, dormir, estudiar, comer y disfrutar la vida. Un episodio de depresión grave puede ocurrir sólo una vez en la vida de una persona, pero frecuentemente, una persona padece varios episodios.
Trastorno distímico o distimia: síntomas de depresión que duran mucho tiempo (2 años o más) pero son menos graves que los de la depresión grave.
Depresión leve: similar a la depresión grave y distimia, pero los síntomas son menos graves y pueden durar menos tiempo.
¿Cuáles son los signos y síntomas de la depresión?
Diferentes personas tienen diferentes síntomas. Algunos de los síntomas de la depresión incluyen:
Sentimientos de tristeza o “vacío”
Sentimientos de desesperanza, irritabilidad, ansiedad o culpa
Pérdida de interés en las actividades favoritas
Sentirse muy cansado
Dificultad para concentrarse o recordar detalles
No poder dormir o dormir mucho
Comer demasiado o no querer comer nada
Pensamientos suicidas, intentos de suicidio
Dolores o malestares, dolores de cabeza, retortijones en el estómago (cólicos) o problemas digestivos.
¿Qué causa la depresión?
Varios factores o una combinación de factores pueden conducir a la depresión.
Los genes: quienes tienen antecedentes familiares de depresión pueden ser más propensos a desarrollar la enfermedad que aquellos en cuyas familias no se ha padecido la enfermedad.
La química cerebral: quienes padecen de depresión tienen una química cerebral diferente a la de aquellos que no la padecen.
El estrés: la pérdida de un ser querido, una relación difícil o cualquier situación estresante puede provocar la depresión.
¿Tiene la depresión las mismas características en todas las personas que la padecen?
No. La depresión afecta a diferentes personas de diferentes maneras.
Las mujeres sufren de depresión con más frecuencia que los hombres. Esto puede relacionarse con los factores biológicos, hormonales, o del ciclo de vida que son únicos de las mujeres. Las mujeres que padecen depresión suelen tener síntomas de tristeza, inutilidad y culpa.
Los hombres que padecen de depresión tienden más a estar muy cansados, irritables, e incluso, a veces, enojados. Ellos pueden perder interés en sus trabajos o en las actividades que alguna vez disfrutaban, y pueden sufrir trastornos del sueño.
Los ancianos que padecen de depresión pueden tener síntomas menos evidentes o pueden ser menos propensos a admitir sentimientos de tristeza y pena. Ellos también son más propensos a tener condiciones médicas como la enfermedad cardíaca o un derrame cerebral, los cuales pueden causar o contribuir a la depresión. Algunos medicamentos también pueden tener efectos secundarios que conducen a la depresión.
Los niños que padecen de depresión pueden fingir estar enfermos, negarse a ir a la escuela, aferrarse a uno de los padres o preocuparse de que uno de sus padres pueda morir. Los niños más grandes o adolescentes pueden meterse en problemas en la escuela y ser irritables. Dado a que estas señales pueden también ser parte de los cambios normales del estado de ánimo asociados con ciertas etapas de la niñez, puede ser difícil diagnosticar con precisión la depresión en una persona joven.